lunes, 12 de noviembre de 2012
Gael García Bernal (Amores perros, La mala educación) regresa a un papel que le va bien, el de "revolucionario" y en una producción sudamericana. En esta ocasión se trata de "NO", una película que se enfoca en la forma en que se llevó a cabo la campaña publicitaria en favor del No al plebiscito de Chile en 1988 que planteaba la posibilidad de que siguiera el mandato/dictadura de Pinochet.
René Saavedra (Gael) regresó a Chile después de su exilio en México para trabajar en una de las agencias de publicidad más importantes del país. Es entonces cuando le ofrecen trabajar en la franja televisiva del No en el plebiscito de 1988. Aunque con poco tiempo en los medios de comunicación, Saavedra posee mucha creatividad, tanta que logra armar una buena campaña que la parte del Si cree que puede darse la derrota de Augusto Pinochet.
Pedro Peirano fue el encargado de adaptatar "El plebiscito" de Antonio Skármeta, una obra que nunca ha sido estrenada por lo que se conoce poco, que aunado al trabajo periodístico de Lorena Penjean dan al guión un toque en el que involucra a más personajes y no sólo a René, el único en el que se basaba la historia.
El director Pedro Larraín (Fuga, Post mortem) lleva a la película por un viaje representativo de la época, con unas imágenes vintage que le dan credibilidad a la obra. Pero así fue planeada desde el inicio, no es que sea un error el cortar las cabezas de los actores por la mitad o ver que se "quema la imagen" gracias a una pantalla llena de colores deslavados, no, porque la finalidad de transportarnos a ese año (1988) y simular que estamos viendo algo en el presente. Larraín vuelve a mostrar su sello característico en los diálogos con pláticas entre los actores que bien pueden empezar en la oficina, seguir por en la calle y terminar mientras comen en un restaurante; claro, continuando con la secuencia y sin perdernos algún detalle.
El filme se llena de vida con la tensión en las campañas, ese es su punto, ver cómo a través de ideas logran ganar terreno para ganar el plebiscito para sacar a Pinochet del poder considerando que hasta el dueño de la agencia, Luis Guzmán (Tony Manero), trabaja para el lado del Si. Y se ayuda de escenas que se realizaron durante la filmación como de tomas de archivo para darle mayor certidumbre a lo que trata de plasmar, que la democracia como la conocemos es un producto del marketing.
Lo anterior puede quedar más claro con el caso de René, quien lucha por realizar su idea en la que la alegría es el principal motor de la campaña, algo que incomodará a más de uno debido a que creen que es una falta de respeto para los familiares de los muertos y desaparecidos debido a la dictadura. Peor aún cuando plantea realizar los spots como si fueran comerciales de una refresquera o una empresa trasnacional. A final de cuentas, René lo único que busca llevar una sana relación con su ex esposa y sobre todo la tranquilidad necesaria para su hijo, y por eso entra en la pelea a pesa de que sabe que la alegría que menciona nunca llegará aunque intuya que el No ganará, algo muy explícito en una secuencia donde platica con Luis a quien le dice que "Los jefes hacen la campaña del si y los empleados la ganarán". Porque después de todo ¿Qué es más alegre que la alegría? Nada, la alegría es lo más alegre que hay.
Pero quizá el faro de luz que ilumina a "NO" es su parte cínica, en la que la misma película apoya la moción de su protagonista, que no es posible un cambio ni un futuro colorido.
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