lunes, 24 de septiembre de 2012
Por Fernanda Sánchez
@Mafersar
Preocupante jornada en la Liga MX, par de infumables partidos calificados como clásicos, en donde las pobres paternidades de unos sobre otros se mantienen, pero el nivel mostrado deja mucho que desear.
Cruz Azul y América solían, en los noventas y principios del 2000, ofrecer grandes espectáculos con estadios repletos y así cumplir con la expectativa del aficionado, que desde el anuncio del calendario, marca ésta fecha con asterisco, por así decirlo.
Encuentro con sabor a deuda que dejo más dudas que realidades, Cruz Azul lucía, pese a estar en casa, como el desahuciado, el débil y el que estaba a punto de sucumbir ante la remera amarilla. América, a diferencia llegaba como el ejemplo del proceso de consolidación, si bien es cierto que la eliminación de la Copa MX fue un duro revés en el caso de ambos, el América llegaba como la mejor delantera y Cruz Azul como la mejor defensa, es decir, ambos tenían algo bueno para mostrar y sin embargo no fue así. América no lució tan apabullante ni Cruz Azul tan infranqueable.
El partido corrió de forma ríspida en media cancha e incluso le fue perdonada la expulsión a Gerardo Torrado, en cuanto al arbitraje pues no fue sancionado un penal a favor de Cruz Azul. Todo esto en un partido que demostró una vez más, la medianía con la que los llamados equipos grandes se manejan en un torneo que cada vez se muere de nada.
En el otro clásico, Guadalajara vs Chivas, la hegemonía rojiblanca continuó, como ha imperado durante 30 años, las Chivas tuvieron la oportunidad de llevarse la victoria en el último minuto, vía penal, que dicho sea de paso fue mal marcado, pero Luis Pérez se encargó de estrellarlo en el poste y así otorgarle a las Chivas un solo punto en casa de 3 que pudieron haberse llevado.
De ésta manera, la Liga MX enciende los focos rojos pues los equipos importantes de la Liga se rezagan de manera considerable y no lo digo por posición en la tabla, en funcionamiento futbolístico y en cuanto al espectáculo que ofrecen, queda claro que el aficionado sigue perdiendo y que poco a poco comienza a alejarse de los estadios e incluso de la televisión. Hoy día, el aficionado al deporte está ávido de emociones que satisfagan la adrenalina de quien espera el fin de semana con el deseo de ver a su equipo ganar gustando, goleando y ganando, y si no lo encuentra en la liga local, tiende a emigrar al fútbol europeo e incluso a la NFL que cada año da temporadas más atractivas de principio a fin.
Algo tendrá que hacer Decio de María para ajustar el pobre nivel que ha mostrado tanto el torneo de liga como el torneo de copa ha sido muy por debajo del esperado y se ha reflejado en las entradas de los estadios así como en los ratings televisivos.
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