lunes, 1 de octubre de 2012

Carnaval rojiblanco con tintes azules


Por Fernanda Sánchez 
@Mafersar


Desastrosa ha sido la participación de Chivas y Cruz Azul en lo que va de la Liga MX. Cruz Azul da pena, se  muere de nada y deja claro que su problema es de ideología, el equipo no muestra ni el más mínimo síntoma de intensidad en pro de conseguir un resultado, sea porque el equipo adolece de la participación de jugadores claves como el Chaco Giménez, que por lesión ha tenido que ser marginado de las recientes jornadas, o por los múltiples y constantes problemas directivos; en general el equipo luce sin pies y sin cabeza, con muchos problemas originados de forma descendente, es decir, que han iniciado en la directiva y que se han reflejado en la cancha. Los problemas legales que ha afrontado el dirigente Guillermo Álvarez Cuevas han sido un fiel reflejo de la inestabilidad de uno de los equipos más grandes de México y que poco a poco comienza a desahuciarse para ser simplemente un Cruz Azul que hace mucho dejó de ser ese enorme protagonista que en los 70 arrasó con cualquiera que fuera su rival. 

Sobre este mismo tenor se encuentra el club Guadalajara, pese a que la situación de Jorge Vergara es muy diferente a la de Billy, es evidente que la apuesta por el proyecto de John Van´t Schip comienza a vivir su punto más álgido en cuanto a la tensión que se vive dentro del llamado rebaño. Si bien es cierto que Vergara apuesta por la innovación en el fútbol y sobre todo por intentar que Chivas logre una proyección internacional con base en resultados y funcionamiento, también es cierto que el proyecto holandés comandado desde Barcelona por Johan Cruyff no ha sido el acertado y es que quien fuera ídolo y referente futbolístico de Holanda y Barcelona ha estado viviendo muy de lejos el caso Chivas, mandó a Van´t Schip a dirigir y es evidente que por mucha cultura futbolística que ambos puedan tener, hay un profundo desconocimiento del fútbol mexicano y la forma de trabajo que para bien o para mal se tiene, el desconocimiento llega a tal que hay una crisis de comunicación interna dentro del equipo que ha sido evidenciada por Michel Vázquez y Julio Nava, quienes fueron separados del equipo por el holandés, quien desde su perspectiva, reconoce que ambos futbolistas no tienen la cabeza en el campo y sí en muchas otras cosas. Ambos jugadores dicen haber sido separados sin razón aparente alguna y sin ninguna explicación acerca de su imprevista separación de la primera plantilla. 

Es un hecho que en ambos equipos los problemas internos y de comunicación han mermado el rendimiento futbolístico. Chivas ha fallado 3 penales de manera consecutiva en diferentes partidos, la confianza se ve disminuida y por supuesto las críticas han hecho  débil al entorno rojiblanco. Mismo caso en Cruz Azul quien este fin de semana perdió un partido, de los llamados imperdibles por jerarquía, pero que sin embargo sucedió, con un autogol del líder de la defensa, Perea, la máquina perdió su encuentro como visitante en la cancha del Víctor Manuel Reyna con lo que hoy, a mitad del campeonato, se encuentra fuera de la zona de calificación y muy por debajo del nivel de juego que un equipo de su envergadura  debería tener. Ambos se encuentran en una crisis que va más allá del estilo de juego, es cuestión de identidad. 

Jugadores como Luis Pérez en el caso de Chivas no sabe el peso que la camiseta tiene, que es muy diferente al que tenía cuando era capitán de Monterrey, mismo caso con Omar Bravo en Cruz Azul, que todavía encuentra una agravante que hace la situación insostenible: no tiene nivel futbolístico para merecer estar en este equipo y así como él encuentras a Alejandro Vela y a Rafael Márquez Lugo, en Cruz Azul y Chivas respectivamente. Son jugadores que han atravesado miles de baches en su carrera y que ahí se han quedado, en zona de confort porque se saben en un equipo grande que pese a que no den los resultados esperados, va a seguir pagándoles su sueldo como cada mes. 
Las directivas deben analizar cautelosamente el andar de sus equipos ya que la crisis ya está generalizada en la afición, que como ya antes mencioné en este espacio, refleja con su ausencia en las gradas de los estadios. El Omnilife no se llena y del Azul ni hablamos, la afición está molesta e incluso dolida con el mal paso de sus equipos, pues uno como amante del fútbol y fanático de alguno de estos equipos espera el fin de semana con el deseo que su equipo gane, guste y golee al rival pero hay quienes no comprenden que el fútbol debe ser siempre un espectáculo de entretenimiento y al menos en México cada fin de semana se va agotando. Hay quienes dicen que si quieren espectáculo vayan a ver a Juan Gabriel, excusando así la falta de intensidad y compromiso para el aficionado que cada fin de semana gasta su dinero en adquirir una entrada para ver a su equipo. 

0 comentarios:

Blogger Template by Clairvo