martes, 26 de febrero de 2013
Por: Fernanda Sánchez
@Mafersar
La vida sin Guardiola no parecía tan difícil hasta que el banquillo quedó vacío. Tito Vilanova ha tenido que ausentarse para hacer un tratamiento contra el cáncer, ha estado dirigiendo desde el otro lado del mundo a uno de los mejores equipos del mundo, por teléfono. Aunque suene increíble, el whatsapp ha sido el mejor aliado para el cuerpo técnico, sin embargo, esto no ha sido suficiente y mucho menos viable si tomamos en cuenta que el Barcelona enfrenta la etapa más decisiva de la temporada.
Fuera de la Copa del Rey y con pie y medio fuera de la Champions League, a menos de que ocurra un milagro, el Barça está en crisis. La temporada pasada sucedió algo parecido, se perdió la liga y se quedó fuera de la Champions League pero sabiendo a qué jugaban. Con un profundo respeto al balón, al juego, a la esencia del buen trato al balón y defendiendo su peculiar estilo tiki taka, que en anteriores temporadas les llevó al éxito. Hoy, tras 2 malas noches, el Barcelona luce desmotivado, sin esencia, falto de liderazgo y muy lejos de aquella personalidad que le caracterizó. Desde hace prácticamente 8 años, este equipo no daba un partido tan malo y tan carente de estilo. Resulta preocupante, aun cuando su entrenador no esté en el banquillo, es incomprensible que se les haya olvidado a qué juegan.
El asunto pasa más por lo mental que por lo futbolístico. Diversos factores han influido en la baja del equipo; Eric Abidal enfrenta una lucha contra un tumor en el hígado, Tito Vilanova, su entrenador se enfrenta por segunda vez a la batalla contra el cáncer, y esta batalla lo ha obligado a ausentarse del banquillo. Víctor Valdés ha decidido no renovar y abandonar la entidad catalana al término de su contrato, David Villa pasa por un momento anímico delicado tras no ser tomado en cuenta asiduamente a los compromisos importantes del equipo y además padece de dolores renales. A todo esto hay una situación que bien puede influir en los horarios habituales de los jugadores y de su desarrollo cotidiano dentro y fuera de la cancha: El baby boom del que buena parte de la plantilla ha atravesado y está por atravesar. Messi, Piqué y Villa se han convertido en padres recientemente, los 2 primeros han tenido que lidiar con el lío mediático que se ha montado en la prensa del corazón. A ellos se suman Fábregas, Valdés y Pedro, quienes están por recibir a sus retoños. Mientras Cesc recibirá en primavera a su primera hija, Pedro lo hará apenas un mes después y Valdés se encuentra por la misma situación. Es evidente que los jugadores tienen la mente en otro lado, puntualmente en situaciones personales y humanas que tienen que ver con el cambio de hábitos y sentimientos que se reflejan en la estabilidad o desestabilidad, en este caso, que se observa en la cancha.
Será trascendente la respuesta que la directiva le de a esta crisis, pues en una semana están por quedar fuera de 2 torneos. Si bien la Copa del Rey no es prioritaria, como dice Xavi, lo cierto es que un campeonato obtenido llena vitrinas y uno perdido estadísticas. Perder la Champions League, de consolidarse el resultado, será sin duda uno de los grandes fracasos de la temporada pues el Barcelona no está para caer en octavos de final, cuando sin duda es uno de los 5 mejores equipos del mundo. (Lo digo así para no entrar en polémica de si es el número uno o no). La realidad es que un grande puede tener una mala noche, no dos. Mucho menos lucir tan descorazonado y sin brújula. Esa brújula que está lejos del banquillo y que en la cancha está extraviada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios: