¿Qué les hizo Guillermo Ochoa?

Por: Fernanda Sánchez
@Mafersar

Aún no comenzaba el partido entre México y Honduras correspondiente a la clasificación de CONCACAF rumbo a Brasil 2014, cuando apareció la imagen de Guillermo Ochoa haciendo ejercicios de calentamiento porque sería titular. Durante los segundos que apareció en la pantalla, Christian Martinoli, periodista y cronista de deportes que actualmente trabaja en Tv Azteca se deshizo en comentarios desafortunados que llegaron a ser ofensivos para el internacional portero de la selección mexicana Guillermo Ochoa. “Juega en un equipo mugroso de Francia”. 

Este comentario, aparte de ser inapropiado, irrespetuoso, discriminatorio y clasista, recae en un argumento muy personal contra Ochoa que un periodista no se puede permitir. Durante el transcurso del partido los comentarios en desaprobación a la titularidad de Ochoa fueron muestras de profunda molestia más allá de un desacuerdo futbolístico, que bien podemos tener todos. Pareciera como que a Martinoli no le sentó nada bien que sentaran a Jesús Corona.  El problema no es que le parezca mejor portero Corona que Ochoa, eso no está a discusión, cada quien tiene su percepción y es respetable, el problema viene cuando esa desaprobación hacia el jugador que no es de preferencia se convierte en un ataque personal lleno de burlas, faltas de respeto y juicios personales. 

Yo no sé qué le hizo Guillermo Ochoa para recibir tanta “mala leche” por parte del comentarista de TV Azteca, que si juega en un “equipo mugroso” (Ajaccio) o que si avienta pelotitas. Un periodista que se respeta y respeta su profesión no puede hacer un comentario tan peyorativo hacia un equipo de fútbol, por muy humilde, pequeño o endeble que parezca, luego nos quejamos de los problemas de discriminación, racismo, clasismo y segregación en el fútbol. Los medios de comunicación están para decir lo que pasa, sí, y por ello me llama poderosamente la atención lo marcada que está la agenda de TV Azteca contra el portero del Ajaccio, es notable la manera de descalificar al portero, ayer mismo David Medrano mencionó que los goles que recibió Ochoa en Honduras no los hubiera recibido Corona. Ha de ser vidente el señor. 

Guillermo Ochoa ha sido siempre un jugador ejemplar con un comportamiento intachable con los medios de comunicación, lo digo porque me consta; lo mismo da entrevistas y se porta amablemente con medios que le atacan como con los que le aplauden, entiende perfectamente bien el papel mediático que juega y los medios con él, lo que no se vale es que lo ofendan de esa manera, ni juega en un equipo mugroso, ni avienta pelotitas, es el portero más respetado de la Liga Francesa y es parte fundamental de la cruzada contra el descenso que emprende el Ajaccio, aunque a algunos les cueste reconocerlo. Su único pecado es haber nacido en el equipo más odiado de México. 

Por si no bastaba, tras la jugada del penal a favor de Honduras, Martinoli recriminó que la pelota hubiera quedado tras un rechazo que permitió que el jugador hondureño rematara ante la complacencia de toda la defensa mexicana. “En el Ajaccio esas no terminan en gol , contra el Lyon si ataja, por qué aquí no”. Como si hubiera sido intencional el haber regalado el rechace. Lo que era una narración de un partido, se convirtió en una lucha encarnizada contra un jugador que aunque no les guste aceptarlo merece respeto, no es posible que se le valore, respete y trate mejor en Francia que en su propio país. Ojo, no estoy diciendo que no se le critique, al contrario, que se le critique pero responsablemente  sin calificativos ni adjetivos que desprecien a su equipo y a su labor, porque luego nos quejamos cuando medios extranjeros califican al fútbol mexicano como mediocre. Hay que ver y reconocer cuando se están haciendo bien las cosas, atacar así a Guillermo denota un profundo desconocimiento e ignorancia a lo que ha hecho el mexicano desde que llegó a Córcega, no se ha conformado con jugar en Europa, se ha preparado, ha mejorado en condiciones, ha ganado madurez, experiencia y hasta francés ha aprendido. Eso habla de un futbolista preocupado y ocupado por su futuro, su entorno y su profesión. Eso no se lo reconocen ¿Verdad? 

¿Qué les hizo Guillermo Ochoa? me sigo preguntando, nunca le hemos escuchado exigir un lugar aunque lo merezca con sus números, estadísticas y resultados; atraviesa el mundo para venir a la selección aunque sea a la banca. Una travesía de 25 horas que bien se podría evitar, dar las gracias y negarse a la convocatoria. Viaja, entrena, aguanta las críticas encarnizadas de muchos, trabaja en grupo y vuelve a casa sin jugar 1 sólo minuto y no se queja. ¿Pueden dudar de su profesionalismo?

Hoy, se sabe que el día de mañana será titular y capitán cosa que me parece sensata, cumple 51 partidos este martes y es de los pocos seleccionados mexicanos libres de escándalos. Afronta una exitosa temporada con el Ajaccio, fue el 2do mejor portero de una de las 5 mejores ligas del mundo el año pasado y éste va que vuela para ser el 1ro. Dejemos de lado las preferencias personales por uno u otro portero, alegrémonos de que tenemos dos porteros excepcionales con grandes cualidades y que seguramente defenderán la meta tricolor con el corazón. Hablan de una imposición comercial como si Guillermo Ochoa no tuviera cualidades para merecer la titularidad, qué falta de respeto. 

Dicen quienes son profesionales de la especulación que Corona sabía desde hace semanas que no sería titular en Honduras y contra EEUU porque el cuerpo técnico de la selección quiere ayudar a Ochoa a acumular minutos para lograr los requeridos y así enrolarse en un equipo grande de Europa y que esto le conviene a ambos, pues la selección logra competencia interna que consolida a 2 grandes porteros, a la vez que Ochoa logra el contrato de su vida. La realidad es que aunque así fuera, no estaríamos ante una imposición pues es decisión del cuerpo técnico  la selección del once inicial. No  seamos tan injustos, en su día se aplaudió la oportunidad a Corona y hoy es igual de plausible esta oportunidad, porque quizá sea una respuesta a aquella interrogante de 2010: ¿Por qué Guillermo Ochoa no?