La 23ª entrega de la saga del agente secreto británico más famoso del mundo llegó a la pantalla grande con bombo y platillo.
Aunque a esta altura, ya deberían repensar el nombre de la multimillonaria franquicia para ponerle algo como "Misión imposible" o "Duro de matar" porque sin importar los golpes, balazos o lo que sea que se lleve, sale prácticamente sin ningún rasguño.
En esta nueva película, misma que puede verse como única debido a que no continúa con historia alguna porque así lo quiso el director, la lealtad de James Bond (Daniel Craig) hacia su jefa M (Judi Dench) se pone a prueba mientras es atacado el MI6 y debe localizar una lista que robaron terroristas la cual contiene los detalles de los agentes del Servicio Secreto y destruir a la amenaza que representa Raúl Silva (Javier Bardem) en la vida de su superiora.
Sam Méndes (American Bauty, Revolutionary Road) es quien se encargó de llevar a buen término este filme y tuvo varios inconvenientes para lograrlo, como problemas económicos en MGM por la recesión en Estados Unidos. A pesar de eso, pudo armar un buen equipo de producción quienes logran grandes escenas de acción en hermosos escenarios y locaciones indispensables para la película y para la trama. Además, reconfigura al personaje del 007 y ahora lo presenta con una interesante mejoría.
En su tercera participación como el 007, Daniel Craig (Elizabeth, La chica del dragón tatuado) cambia la línea que lo había caracterizado para hacer algo nuevo, ver en su interior, recordar su pasado y enfocarse ahora solo en el presente, lleno de sarcasmo pero siempre con profesionalismo para realizar un buen papel, algo que ya no es raro en la saga.
Javier Bardem (Beautiful, No country for old men) realiza una buena incursión en el filme al interpretar a un villano distinto, que tiene un pasado y lo usa para atormentar a M y poder divertirse un poco con Bond. Su primera escena quizá sea la más interesante en el filme por ser un tanto sugestiva y hasta por el coqueteo con James Bond, mismo que ha dado mucho de qué hablar. El sólo hecho de haber sido elegido para el personaje es muestra de que el actor de origen español tiene una presencia importante en Hollywood que se ha ganado gracias su trabajo.
Por su parte, Judi Dench (Shakespeare in love, Pirates of caribbean: On stranger tides) culpe con las expectativas de la mano de un trabajo sobrio y bien llevado al tomar protagonismo en la cinta que la hace resalta al interpretar a una mujer fuerte y elegante a pesar de su tormentoso pasado que ahora la persigue aunado a tener que lidiar con sus superiores que la quieren jubilar.
De las chicas Bond (Berenice Marlohe, Naomie Harris) no hay mucho que contar, hacen su trabajo y hasta ahí. No son la revelación y tampoco serán muy recordadas.
El tema "Skyfall" le da un toque diferente a la trama. Un gran acierto que hayan invitado a la 8 veces ganadora del Grammy, Adele para componer la canción e interpretarla. Le agregó un efecto mediático y de mercadotecnia que funcionó de maravilla.
No será la mejor de las películas del agente, pero seguramente seguiremos viendo más del 007 y siempre será sinónimo de entretenimiento, de acción, de suspenso, de buenas secuencias y de adrenalina.
Recomendable para un domingo palomero sin pretensiones y sólo queriendo pasar un buen rato.
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