Por: Alejandra García
La noticia de la renuncia del pontífice Benedicto XVI ha dado la vuelta al mundo; el papa actual tomó su cargo tras la muerte de su sucesor Juan Pablo II en el 2005. Es la segunda vez que un papa renuncia, la primera vez se dio hace seis siglos.
La salud del pontífice es lo que se ha ido manejando desde que se dio el comunicado. Joseph Ratzinger se despide de la casa de San Pedro a lo 85 años de edad.
Benedicto XVI tuvo un mandato duro, su estadía en el Vaticano se caracterizó de la limpieza de pederastas y corruptos, también de una escasez de vocaciones, y uno de los más importantes el crecimiento anti modernismo (lucha contra la sociedad moderna).
Ciento diecisiete cardenales se preparan para la elección del nuevo papa, las preguntas empiezan a surgir, ¿de dónde será el nuevo papa? Es donde empiezan los rumores de que si será la primera vez que se vea un papa africano, o será alguno del continente americano (México, Brasil o Argentina), o posiblemente sea uno de casa.
Lo ideal se cree que el próximo sucesor de Benedicto XVI sea un papa más joven, ya que la actualidad pide a alguien con más energía e ideas novedosas, posiblemente se venga un cambio dentro del Vaticano; por la edad no hay problema alguno, arzobispos y cardenales se encuentran en la edad media de 65 años; hay que entender que Ratzinger tomo el trono a los 78 años.
Se despide uno de los papas que duro muy poco en su periodo de pontífice, Juan Pablo I tan sólo duro un mes; el próximo 28 de febrero veremos por última vez a Benedicto XVI, un papa holandés que supo sobrellevar 8 años de crisis en la iglesia católica.
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