Guillermo Ochoa: una realidad que parece ajena a México.

Por: Fernanda Sánchez
@Mafersar

Como si se tratase de un jugador extraño que usurpara un lugar inmerecido, así suelen tratar en nuestro país a uno de los mejores jugadores mexicanos. Juega en una de las 5 mejores ligas del mundo, en un club complicado que semana a semana se juega el descenso, y en la posición más difícil dentro de la cancha: la de portero, ese que puede atajar todo el partido y ser el héroe pero que si se equivoca es el más cruel de los villanos. 

Este es Guillermo Ochoa, un tipo decidido con aspiraciones grandes. Capaz de renunciar a las comodidades económicas, futbolísticas y mediáticas que representan la medianía y  confort de la liga mexicana para ir a picar piedra a un equipo con mucho menos reflectores que el América, donde solía jugar bajo la presión de ser o el más amado o el más odiado, pero que ahora juega con una presión diferente, la de vivir un duelo por el no descenso, por mantenerse y que ha sacado lo mejor de Memo. Grandes actuaciones le han valido el reconocimiento de un país, se ha ganado el respeto, se ha hecho de un nombre y ahora nos acostumbra a verle en el 11 ideal cada semana con la máxima calificación entre los nominados. ¿Qué hace falta para que México se de cuenta de la calidad de profesional que tiene en la portería?

Podrán criticarle que se fue a un equipo “chico”, sí, pero es ahí donde más se da a notar,  donde sobresale, donde es salvador y desde donde ha encendido los reflectores para dar el salto más importante de su carrera que seguramente está próximo a llegar. Esto habla de un jugador que se respeta y respeta su profesión, de un jugador maduro que ha callado y aguantado menosprecios del entrenador nacional, ha sabido reponerse de haber comido banca en un mundial que era suyo y sin motivo le robaron.

A Ochoa le pasa lo que a los grandes jugadores como Hugo Sánchez, es más aclamado en el extranjero que en su propio país, síntoma de que al mexicano le cuesta reconocer que hay alguien que literalmente la está rompiendo y sobresaliendo. Para muchos en este país no hay otro portero que José de Jesús Corona, es cierto que ha mostrado un gran nivel y que hoy por hoy es una garantía en la portería, pero también es cierto que existe un joven de 27 años que  juega en una de las 5 mejores ligas del mundo y que ha dejado su portería en ceros aún atajándole a los mejores del mundo, a bestias que parecían incontenibles hasta que se toparon con Ochoa; Ibra y Lavezzi se han quedado con ganas de horadarle la portería. ¿Quién puede presumir de ello?

Es uno de los pocos futbolistas mexicanos presentes en el escaparate internacional, asiduo invitado a partidos amistosos para compartir cancha con figuras de la talla de Messi, Forlán, Falcao, Cannavaro.. dueño de una imagen impecable e intachable. Ha ganado en madurez, experiencia y sobre todo, se ha empapado de una esencia que sólo el fútbol europeo tiene, esa magia que salta de enfrentarse a los grandes como el Lyon, Paris Saint Germaine o Bordeaux, ya no es casualidad, es calidad. Es una realidad que viene a reforzar lo que Memo ya había mostrado, la liga mexicana le quedaba chica. Está para enfrentar grandes retos y consolidarse en ellos, no tiene absolutamente nada que demostrar, quien lo piense así, está equivocado. Guillermo Ochoa es una realidad que hace muchos años dejó de ser promesa, si es que algún día lo fue, debutó muy joven y siempre mostró un carácter y una personalidad que no parecía acorde a su edad, ya va siendo hora de que el entrenador nacional le respete y el entorno también. Basta de intentos de periodismo llenos de burlas, mentiras, juicios y palabras poco apropiadas, es un jugador mexicano que hablando en la cancha responde, que podrá equivocarse, que le podrán criticar que falla en las salidas, pero ¿qué portero no tiene fallos?. Reflexionemos un poco y seamos justos con el trabajo y sacrificio que hoy le llevan a ser uno de los porteros más reconocidos en una de las ligas más comp