miércoles, 8 de agosto de 2012

Tecnología: Perdiendo el control.


Tecnología digital hoy en día: ¿Grandes innovaciones que facilitan nuestras relaciones y nos conectan a las personas? ¿O adicciones que en realidad deshumanizan más y más la forma de comunicarnos? Definitivamente vivimos en un mundo en el que la tecnología está en todos lados, y que nos hace sentirnos más conectados que nunca, pero a veces deberíamos preguntarnos si nuestras relaciones están evolucionando en nuestra forma de interactuar, o si estamos en un proceso de involución en el que todo es cada vez más digital y menos personal. 

Con los smartphones, puedes llevar toda tu vida digital en la palma de la mano. Desde revisar correos electrónicos personales y de trabajo, hasta compartir lo que estás haciendo en las redes sociales, platicar, hacer check-in cuando llegas a un lugar y avisarle a todos tus conocidos. Esto puede resultar como algo maravilloso para quien gusta estar todo tiempo conectado, enterándose de lo que publican los demás y compartiendo los momentos que nosotros vivimos. ¿Pero todos estos usos de la tecnología de verdad están mejorando nuestra vida? Al parecer gran parte de la interacción social se ha mudado a las redes sociales, en la que los usuarios consiguen satisfacción en forma de likes, o popularidad en forma de retweets. 

¿Cuántas veces hemos estado en una reunión con nuestros amigos o familiares y en lugar de platicar, cada quien está muy al pendiente de su celular? Seguramente están en Whatsapp contestando mensajes, o en Facebook comentando algún estado, o en Twitter revisando sus menciones. Esto es el más grande ejemplo de cómo la tecnología afecta la vida social. 


¿A qué punto hemos llegado que parece resultar más importante alguien que nos está hablando en el teléfono que la persona que tenemos sentada frente a nosotros? No me digan que nunca les ha pasado. Tampoco me digan que nunca le han mandado mensajes a personas que tienen a solo unos metros de distancia. La tecnología, por muy útil que pueda llegar a ser, puede ser muy detrimental para la vida social si se le da un uso inadecuado. Parece que estamos siendo más eficientes, pero a veces, simplemente estamos siendo más flojos. 

Los invito a revisar el siguiente video, que ilustra a la perfección la situación tan enfermiza en la que estamos cayendo. Ya no importa realmente conectarnos con las personas, lo que parece importarle a todos es saber que tienen el control de lo que está pasando, porque si no sabemos, pareciera que nos sentimos insatisfechos: 

El Doble-Check es Dios. 

La tecnología siempre nos ha prometido darnos el control de lo que está a nuestro alrededor, un poder sobre nuestras necesidades. Una necesidad esencial es la de comunicarnos, y parece resultar lo mejor tener a las personas importantes disponibles para nosotros las veinticuatro horas del día, pero si lo analizamos a fondo, no solamente no es lo mejor, sino que ni siquiera resulta saludable. 

¿Qué pensamos cuando mandamos un mensaje y la persona tarda en contestarnos, o no contesta? ¿Acaso deberíamos alarmarnos y pensar que algo pasó? ¿Se ha vuelto una obligación de cada quién contestar al instante cada mensaje? ¿De estar disponible todos los días, todo el día? La tecnología digital de hoy en día ha creado una necesidad psicológica de saber qué pasa. Nos comportamos como si tuviéramos un contrato que nos obliga a estar disponibles todo el tiempo, y a que los demás estén disponibles para nosotros. Fácilmente creemos que con tantas herramientas tenemos el saber de lo que pasa, pero no nos damos cuenta que con tanta ansiedad de información que tenemos, nos estamos deshumanizando. Estamos cada vez más enajenados con nuestra interacción digital que con nuestra verdadera interacción social. Los invito a reflexionar sobre el uso que estamos haciendo de la tecnología a nuestro alcance. ¿En realidad tenemos el control de lo que sucede? ¿O lo estamos perdiendo? RL


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