Lo vimos en "Inglorious Bastards" y "X-Men: First class", es lógico asociarlo con personajes fantásticos y superheroes.
Ahora lo vemos en Shame en donde interpreta a Brandon, un hombre menos épico que sus otros papeles, ahora lo veremos como un adicto al sexo que vive en Manhattan, tiene un trabajo estable y lo que pareciera una vida normal.
Es un reto particular interpretar a este personaje y que no se trata de un mujeriego con una vida plena y activa, es un hombre que simplemente no encuentra satisfacción por el sexo, se le presenta un problema: el placer ya no lo acompaña desde hace tiempo.
Ha diferencia de otras adicciones como el alcohol o drogas, cuyas historias ya hemos visto en pantallas. Resulta menos complicado plasmar una adicción a las drogas o al alcohol peor la pregunta era ¿Como plasmar una adicción al sexo? sin que se cuelen a la trama conceptos como "¡Que bien la pasa!" o "¡Que suerte tiene!".
Steve Mcqueen, es director de Shame nos permite ver que los personajes y la trama no se salgan de control.
La historia, el ritmo y los detalles encajan bien. Los personajes son estereotipados pero tienen complejidad es los hace únicos. La actuación de Fassbender no sólo convence si no que se admira y logra estar al nivel de sus interpretaciones anteriores.
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