Por Fernanda Sánchez
La clausura londinense se salió totalmente del esquema, ya que los británicos optaron por realizar una fiesta y un concierto para los miles de atletas que se quedaron para la parte final de los Juegos, quienes disfrutaron al máximo este evento.
La ceremonia comenzó con un video que mostró el Big Ben, para luego dar pie a una serie de campanadas, que marcaron la cuenta regresiva para el inicio de la fiesta. La intérprete Emeli Sandé fue la primera en cantar, acompañada por música de piano.
Después apareció el actor británico Timothy Spall, interpretando a Winston Churchill. Mientras recitaba un fragmento de La Tempestad, a su alrededor circulaban automóviles, cubiertos por periódicos.
La bandera de Gran Bretaña fue izada en el estadio. Después se entonó God Save The Queen. Y continuó la actuación del grupo Madness, interpretando el tema Our house, en medio de una colorida coreografía.
En este cierre de Londres 2012, de nueva cuenta se hizo un recorrido por la historia musical de la Gran Bretaña, recordando a grupos y cantantes tan famosos como emblemáticos como Queen, David Bowie, Bee Gees, George Michael, The Kinks, The Who, Pet Shop Boy, Spice Girls y Pink Floyd y sin faltar el cuarteto de Liverpool, The Beatles, entre otros.
La noche mágica de Londres nos regaló la emotividad con una magistral interpretación de Imagine y la imagen de Lennon en forma de mosaico nos llevó a revivir la grandeza musical de este grande. Hubo de todo y para todos, desde Queen hasta One Direction, pasando por Taio Cruz y Annie Lenox; La ceremonia incluyó coreografías que hicieron referencia a la cinta The Italian job y al programa británico Only Fools and Horses. En un par de momentos se escucharon canciones del fallecido John Lennon, de The Beatles, como A day in the life.
Y de pronto la emblemática canción “Here comes the sun” apareció para recordarle a los británicos que el sol también forma parte de su cotidianidad, mientras se escuchó el tema escrito por George Harrison, los atletas y las autoridades olímpicas reconocieron la contribución de los voluntarios para hacer posibles los Juegos Olímpicos. Así mismo se llevó a cabo la premiación de la prueba de maratón, se entregó la medalla de oro al corredor Stephen Kiprotich, de Uganda, quien escuchó su himno nacional en el estadio olímpico.
Minutos después se escucharon algunos fragmentos de canciones de David Bowie, que dieron pie a un desfile de modelos como Kate Moss y Naomi Campbell que presumieron que la moda le pertenece a Londres y las grandes firmas tienen origen británico, desde John Galliano hasta el extinto Alexander McQueen.
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Por su parte Las Spice Girls, cuya última reunión había sido en el 2007, llegaron al escenario a bordo de los tradicionales taxis londinenses. Cantaron Wannabe y Spice up your life, dos de sus principales éxitos desde que conformaron el grupo pop, que se separó en 2001. Confirmaron seguir siendo las más glamourosas e incluso aparecieron con mejor sentido de la moda que cuando iniciaron.
Las sorpresas siguieron con el tema Wonderwall, uno de los más representativos de la desintegrada banda Oasis, interpretado por Liam Gallagher, ahora líder de la banda Beady Eye. Matthew Bellamy y el resto de los integrantes de la banda de rock Muse participaron con Survival, tema oficial de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, antes de que se proyectaran imágenes del fallecido Freddy Mercury, cantando un coro que siguieron los asistentes al estadio, que por cierto, prendió muchísimo más que la actuación de Muse con el tema oficial de Londres 2012 y que al menos, pocos escuchamos durante la justa.Brian May y Roger Taylor, integrantes originales de la banda Queen, que encabezó Mercury hasta su muerte en 1991, tocaron el clásico We wiil rock you, acompañados por Jessie J para posteriormente comenzar con la despedida oficial de Londres 2012; Jacques Rogge, y el alcalde de Londres, Boris Johnson, entregaron la bandera olímpica al alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, para pasar oficialmente la estafeta de los Juegos.
Tras escucharse el himno nacional de Brasil, comenzaron las representaciones artísticas relacionadas con el país sudamericano, como la samba y la voz de la cantante Marisa Monte. La modelo Alessandra Ambrosio bailó al ritmo de otros cantantes brasileños, mientras un hombre a su lado que personificaba a un barrendero gozaba con la fiesta y lucía sus pasos de baile. El ex futbolista Pelé, uno de los deportistas más populares en el mundo, se unió a la fiesta brasileña en el escenario, un verdadero contraste entre la fiesta británica y la probadita que Brasil nos regaló.
Llegó el momento, el fuego se apagó y Londres dijo adiós, apareció The Who y cerró la fiesta musical en el estadio olímpico con las canciones Baba O'Riley y My Generation. Así dejamos atrás 17 días de grandes hazañas, de récords, de sorpresas, de confirmaciones, de debacles y de miles de imágenes de vencidos y vencedores. De esos momentos que engrandecen aún más el olimpismo y ese espíritu de competencia que atletas como Usain Bolt o Michael Phelps tuvieron para decir que son los más grandes, o esos clavados de Iván García y Germán Sánchez haciendo que el mundo entero los voltee a ver, ni qué decir de Isinbayeva, que se va con un bronce que le sabe a oro, dejamos aquellos días de épicas batallas como el México vs Brasil, en donde por momentos soñamos y tocamos el techo más alto, pero también aquellos días de derrotas dolorosas que nos llevan a aprender que hay cosas por mejorar. Le decimos adiós a Londres con la esperanza de llegar a Río de Janeiro con esa misma ilusión de brillar con los más grandes, de revivir las emociones que nos llevaron a las lágrimas y que nos hicieron vivir de la mano de los atletas la historia más grande del maravilloso mundo del deporte.
Porque somos afortunados de ver todo lo que estas últimas 2 semanas ocurrió y que estoy segura que todos esos momentos permanecerán plasmados en la memoria de los que amamos el deporte y los sentimientos que provoca, comienza una cuenta regresiva que día con día se irá disminuyendo hasta que llegue el 5 de Agosto de 2016 y podamos decir ¡Bienvenido Río!
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